martes, 26 de mayo de 2015

Después del día de después

¡Hola a tod@s!

Esten atentón a sus pantallas porque lo que van a ver de hoy y hasta quien sabe cuando estará en los libros de historia de los próximos años.

Pasada la jornada de reflexión, pasadas las elecciones y pasado el día de después hoy ha empezado el baile de sillas, ruedas de prensa, negociaciones, declaraciones  a cada cual mas variopinta y un cruce de elogios deliberadamente cpnvenidos donde antes solo había desprecio e incluso faltas de educación.
La realidad tangible es que estamos asistiendo a una nueva transición, la transición del siglo XXI, que como la anterior nace de la política y como la anterior nace del clamor popular por la insostenible situación del país. La diferencia radica en que en esta ocasión lo que se pretende no es un adelanto social, cultural y económico para equipararnos con los países de nuestro entorno sino la recuperación de todo alcanzado tras tanto tiempo de reivindicación y que con tanta diligencia han consentido pulverizar nuestros mandatarios actuales.

Todas las miradas están puestas en las distintas plataformas surgidas en estos años. Mucha es la expectación  que concentran y aunque parece que tienen sus ideas completamente definidas deberán realizar sacrificios en muchos emplazamientos en pro de una gobernabilidad factible, entendiéndose pues un acto de responsabilidad. Esperemos que cumplan lo que prometen y no sean más de lo mismo. Una cosa esta clara, hacerlo peor será muy difícil.

Los dos máximos exponentes de esta regeneración son, como no podía ser de otra forma, dos mujeres que además vienen de lugares diferentes y generaciones distintas: Ada Colau y Manuela Carmena. Solo puedo decir que siento una envidia sana por los barceloneses y madrileños.

¡Hasta pronto!

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