viernes, 28 de agosto de 2015

Subprime al cubo

¡Hola a tod@s!

Lo prometido es deuda. Hoy hemos conocido que el FMI concedió el primer "rescate" a Grecia con la seguridad manifiesta de lo que se avecinaba. Un referéndum, manifestaciones, insurrecciones, dimisiones, un "corralito" bancario, un nuevo ¿rescate? el tercero, y el anuncio de nuevos comicios generales para el 20 de setiembre.

Explicar los mecanismos de financiación que rigen los países seria muy complejo y aburrido. Más tratándose de la Unión Europea que a pesar de haber supuesto un gran avance en muchas cuestiones procede con un celo y cautela que pueden llegar a ser irritantes. Por otro lado tendría que explicar la idiosincrasia griega, su cultura y costumbres, y no se me ocurre ninguna manera que resulte inofensiva. Pero lo intentare.
De un modo sencillo podríamos decir que los países se financian mediante la recaudación de impuestos. Sus bancos prestan y piden dinero en un marco internacional bajo la vigilancia del Banco Central Europeo. Existen, pues, países que son sistemáticamente deficitariosp ya que sus ingresos no cubren sus gastos. En estos casos se recurre al Fondo Monetario Internacional que básicamente es un banco para países. Como todo buen banco se ofrece sus productos en condiciones muy atractivas, aun cuando estos no lo necesitan.
Por su parte Grecia fue, es y será una "talasocracia", es decir, una comunidad que vive del mar. En la época Helenistica eran pescadores y guerreros, en la época medieval piratas -de los literarios-, y en la actualidad piratas -pero de los literales-. Su economía se divide entre la pesca, el turismo, la industria naval o los servicios de distribución portuaria. El problema radica en la perdida de esos valores democráticos que ellos mismo idearon, hasta convertirse en una sociedad de supervivencia en la que lo principal es el bienestar unipersonal. Eso unido a su paranoia beligerante y a un sentimiento de inferioridad injustificado redundan en el carácter mas peculiar del Mediterráneo. Puestos en antecedentes debéis saber que la economía griega era estable incluso iniciada la crisis o al menos el empleo -que es lo que mas influye en el ciudadano- se mantenía estable. Tras una auditoria externa se destapó un agujero contable que se tapó con el primer rescate. Si, se le concedió un préstamo a un insolvente, algo impensable en economía domestica. Las condiciones del préstamo incluían recortes que no harian sino agravar el bienestar de los griegos.
Lo verdaderamente ilarante llegó con el segundo rescate, destinado a pagar una deuda que no hacía más que crecer y, para colmo, los intereses generados por los retrasos en el abono de las cuotas del primer rescate. Llegados a este punto tenemos que saber que si alguien se dedica a prestar dinero, lo pone en riesgo y puede no recuperarlo siempre. La llamada Troika formada por los entes antes mencionados no quiso asumir esa pérdida y exigió al ejecutivo heleno una serie de medidas que acabarían por asfixiar al estado. Se despidió a millares de empleados públicos de todos los sectores y se aplicaron tijeretazos en los presupuestos de una manera totalmente desconsiderada. También se aplicaron una seria de restricciones en todas las operaciones financieras y se inició una caza de brujas contra todo aquel que tuviera ahorros.

Hoy los griegos se sienten desamparados, traicionados por su clase política al completo. Los bancos ya tienen liquidez y operan con normalidad. El paro se mantiene en unos niveles insostenibles y las condiciones laborales son precarias -¿os suena?-. La bolsa es muy volatil y con unas perspectivas funestas muy a pesar de las inminentes elecciones. A todo lo anterior tenemos que sumar el drama de la inmigración, que copa los medios informativos de todo el mundo, y del que no podemos mas que sentir una tremenda vergüenza.

Es complicado sacar una moraleja a esta historia pero ellos inventaron la democracia, asi que nadie mejor para reinventarla. Al fin y al cabo crisis en griego significa cambio, oportunidad.

¡Hasta pronto!

jueves, 27 de agosto de 2015

Procrastinando que es gerundio

¡Hola a tod@s!

¡Que palabra tan fea para algo tan común!

Procrastinar es, básicamente, posponer acciones por pereza o dicho de otro modo "dejar para mañana lo que puedes hacer hoy". Es algo tan común que le hemos quitado cualquier importancia cuando, en realidad, es una lacra que merma las actitudes de futuribles genios.
La procrastinación es un fenómeno químico generado en el cerebro, que intenta siemre consumir la menor cantidad de energía posible, produciéndonos esa sensación de pereza que nos hace aparcar nuestras obligaciones.
Los expertos recomiendan ejecutar la acción de manera mecánica,sin darle mas vueltas, y prolongarla durante cinco minutos. Pasado ese tiempo la pereza desaparece y el cerebro se reactiva entregando toda su potencia a aquello que estemos haciendo. Para generar un nuevo hábito y dar esquinazo a la procrastinación debemos repetir una misma acción durante al menos 21 días e intentando realizarla siemre en las mismas condiciones.
Para evitar la falta de motivación a la hora de realizar nuevas tareas es importante que nos supongan un reto, que despierten en nosotros alguna emoción y que podamos compartirlas con otras personas. También es importante fijar un objetivo ambicioso a largo plazo, cuyo progreso podamos ver con pequeñas mets día a día.

Lo cierto es que viviendo en un pequeño paraíso a escasos metros de la playa y sin bajar de los 30º en ningún momento, la procrastinación no es mi única distracción.

¡Hasta pronto!

domingo, 9 de agosto de 2015

Tragedia atómica

¡Hola a tod@s! Hace unos meses dedicaba una entrada a una efeméride sobre el mismo conflicto. Esta semana se conmemora el 70 aniversario del lanzamiento de las bombas en Hiroshima y Nagasaki, acto que precipitó el final definitivo de la Segunda Guerra Mundial y a su vez el inicio de la Guerra Fría y la paranoia nuclear que en cierto sentido llega hasta nuestros días. Es difícil comprender el alcance de hechos como el que hoy nos ocupa. Podemos cuantificar casi cualquier cosa, el numero de muertos, el numero de supervivientes, el numero de afectados por la radiación, la superficie afectada o -lo mas curioso para mi- el periodo que durara contaminación radioactiva, decenas o centenares de miles de años. Lo que no podemos calcular es el grado de temeridad, de irresponsabilidad y de insensatez que tuvieron las personas que tomaron la decisión de lanzar las bombas nucleares pues desconocían completamente el riego que asumían ya que no conocían ni su alcance ni su potencia. Es decir que paso lo que paso en lugar de acabar con el planeta o no suceder nada por una simple cuestión de suerte. Tal era esa incertidumbre que tras el fin de la guerra empezó una absurda carrera por diseñar la bomba definitiva, aquella que fuera capax de arrasar con todo. Mas de 30 años, cantidades ingentes de recursos, millones de muertos y miles de pruebas secretas que han dejado inerte una pequeña parte de nuestro planeta... Y solo ese miedo que no se tuvo en 1945 es lo que ha retenido -seguramente a las mismas personas- de no usarlas. En definitiva, uno de los hechos mas espeluznantes de la guerra no solo no sirvió para aprender de nuestro errores sino que derivo en una eterna paranoia que aflora cada cierto tiempo, en la que todos, esta vez completamente todos, tenemos que perder y solo nos queda la esperanza de que a dia de hoy ningún loco suicida tiene a mano el botón rojo. Y mientras en unas remotas islas de Japón, que bien merecían ser un paraíso, sufren las consecuencias de una guerra que no conocienron con el agravante de saber que sus hijos y los hijos de sus hijos seguirán sometidos a una maldición de la que son inocentes y no pueden escapar. ¡Hasta pronto!